viernes, 5 de abril de 2013

Mentes Múltiples



Un hombre tiene tantos yos sociales como grupos distintos de personas cuya opinión le importa
-William James

Que la mente humana no es una unidad , que no hay un solo conductor al volante, y que está constituida por múltiples subunidades es una idea ya veterana que ha sido repetida por muchos autores de muchas disciplinas, desde filósofos a psicólogos y científicos. Os voy a contar aquí la visión de Douglas Kenrick en su libro Sex, Murder and the meaning of life, que no tenemos por qué aceptar a pies juntillas, pero que sí nos puede servir para reflexionar un poco y sacar alguna conclusión aprovechable. Kenrick es un psicólogo evolucionista de los del núcleo duro, por así decirlo, de los que comulga con la postura clásica de Cosmides y Tooby, esa que mantiene la tan discutida visión modular de la mente  humana.

Kenrick empieza cada capítulo de su libro con una experiencia personal antes de entrar en materia y abordar la cuestión concreta, sea el sexo, los impulsos homicidas o la religión. En el capítulo donde habla de los “ subyós” de la mente humana comienza contándonos unas vacaciones que pasó en Europa en 1992 ( Kenrick es de Nueva York, de origen irlandés). El caso es que se vino a Europa con su segunda esposa Melanie, su hijo Dave, su amigo Rich, y con el hijo de Rich, Richie. Lo que debería haber sido una experiencia inolvidable resulta que acabó como el rosario de la aurora. Los dos jóvenes hicieron piña contra los adultos protestando y quejándose de todo. Su hijo Dave, que acababa de entrar en los teen, y que había sido muy majo hasta entonces, decidió aprovechar el momento para ponerse adolescente. El caso es que al final de la primera semana en Paris la situación ya estaba muy deteriorada, los chicos protestaban por la comida (ellos querían comer hamburguesas en vez de comida francesa), se quedaban durmiendo hasta mediodía, Melanie se iba a ver museos por su cuenta visiblemente enfadada...Luego fueron a los Alpes y a Italia, y en Padua acabó discutiendo con su amigo Rich acerca de quién fregaba los platos en el apartamento que habían alquilado (parece que ser psicólogo- por muy evolucionista que sea- no sirve de gran cosa en la vida diaria). A la vuelta, estuvo enfadado una temporada con su amigo Rich, la situación con Melanie se deterioró y acabó en divorcio (hay que decir que Melanie no era la madre de Dave, fruto del primer matrimonio de Kenrick que está casado por tercera, y de momento, definitiva vez).

Pero lo que Kenrick comenta es que aunque su hijo fue uno de los principales culpables del fracaso del viaje, las consecuencias para él fueron mucho más leves que para los demás, de hecho el último fin de semana en Alemania estuvieron andando en bici juntos, y a la vuelta todo continuó igual. ¿Por qué es esto así? Las diferentes consecuencias que las malas experiencias vividas en aquel viaje tuvieron sobre los sentimientos de Kenrick hacia su hijo, su esposa o su mejor amigo ilustran un punto que resaltan los psicólogos evolucionistas: el cerebro humano no usa el mismo conjunto de reglas para tomar decisiones acerca de las diferentes personas de nuestra vida. De hecho, puede ser hasta un error hablar “del cerebro” como si fuera un único órgano que sostiene nuestro yo. Por contra, tiene más sentido imaginarnos a cada uno de nosotros como una confederación de “subyós” modulares dentro de nuestra cabeza, cada uno controlado por una combinación diferente de hardware y software (común a veces) y especializado en hacer una cosa bien. En el caso de las vacaciones de Kenrick él fue más tolerante con su hijo que Melanie porque Dave lleva sus propios genes y a él le aplica la norma de la inclusive fitness (es una forma de hablar, por descontado que Kenrick o cualquiera de nosotros no actúa pensando en la inclusive fitness). En la relación con Melanie  aplica más la regla del altruismo recíproco, que es una regla muy potente pero que sigue unas matemáticas diferentes a las de la inclusive fitness.

Bueno, pero vamos al grano...¿cuántos “subyós” tenemos? No está clara la respuesta pero sí sabemos que uno no es la respuesta correcta. Para responder a esa pregunta Kenrick propone que hay que responder primero esta otra: “¿Cuáles son los principales conjuntos de problemas que los seres humanos han tenido que solucionar?” Y esto nos sugiere un “subyó” diferente para tratar con situaciones cualitativamente distintas de violencia, enfermedad, lucha por el estatus, establecer relaciones de amistad y colaboración, o buscar pareja. La idea central de Kenrick es que cuando estamos bajo la influencia de una motivación fundamental determinada, sea emparejarnos o la autodefensa, somos una persona diferente en cada caso y percibimos cosas diferentes, recordamos cosas diferentes y respondemos de forma diferente a la misma situación. Teniendo en cuenta estos problemas y motivaciones, Kenrick nos da esta lista de 7 “subyós” y sus correspondientes problemas y oportunidades a gestionar:

- El jugador de equipo (el amigo). Uno de nuestros “subyós” maneja los problemas relacionados con la afiliación. Para sobrevivir y reproducirse nuestros ancestros tuvieron que llevarse bien con otra gente, con el grupo, Los
amigos comparten comida y se defienden de depredadores y enemigos. Pero los amigos pueden aprovecharse de nosotros y traicionarnos. El jugador de equipo está afinado para responder a la información de quién puede ser un buen amigo, si somos aceptados o rechazados y si las relaciones con los amigos van bien.
- El emprendedor, el luchador. Este “subyó” maneja todo lo relacionado con el estatus. Ser respetado conlleva ventajas y ser menospreciado y caer en la jerarquía supone unos costes, a veces muy serios. El emprendedor está afinado para controlar la jerarquía y saber quién está arriba y quién está abajo.
- El vigilante nocturno. Maneja los problemas de seguridad y auto-protección. Está afinado a información como: “¿quién es esa cuadrilla de tipos que viene por ahí con mala pinta?...a ver si me van a robar...”  ¿tengo alrededor amigos y gente que me proteja?
- El compulsivo. Este “subyó” se encarga de evitar la enfermedad. ¿Por qué tose esa persona? ¿huele a podrido aquí? ¿doy la mano a ese extraño? (esto nos recuerda el tema del asco del que ya hemos hablado)
- El soltero marchoso. Este es el “subyó” encargado de conseguir parejas. La versión masculina y femenina son ligeramente diferentes, afinados a claves específicas para cada sexo de lo que es una buena pareja.
- El buen esposo. Se encarga de mantener la pareja ya conseguida. Controla si la pareja es o no feliz, si hay moros en la costa, otras personas que podrían interferir en la relación...
-El padre. Maneja todo lo relativo a las amenazas y oportunidades en el cuidado de los hijos, así como de los nietos y otros familiares.

En cualquier momento dado de conciencia solo uno de estos “subyós” se encarga del show. Si estás preocupado por la banda de navajeros de la esquina no estás pensando en una cita romántica. Asimismo, algunos de estos “subyós” tienen objetivos comunes, por ejemplo, hacerte amigo del vecino puede cumplir objetivos de afiliación de autoprotección, o de cuidado de los hijos. Pero otras veces los diferentes “subyós” tienen objetivos incompatibles, por ejemplo, entre el soltero marchoso y el padre responsable.

Pensar en subyós nos puede ayudar a entender lo que pasó en las vacaciones de Kenrick. Es mucho más fácil tomar decisiones cuando solo hay un “subyó” al volante. En un momento dado, de hecho, solo puede haber un conductor, el cuerpo solo puede moverse en una dirección y la mente solo puede pensar en una cantidad limitada de información. Cuando Kenrick andaba en bici con su hijo lo llevaba bien, porque solo intervenía su “subyó” parental. Si hubiera ido de vacaciones sólo con su amigo Rich su subyó afiliativo (el jugador de equipo) habría estado en el asiento del conductor y lo habrían llevado mejor,como así ocurrió cuando una década después volvieron a irse ellos dos solos de vacaciones a Méjico. Lo mismo si hubiera viajado solo con Melanie, como una vez que habían estado ellos dos solos en Italia sin problemas. Pero cuando estaban todos juntos y su “subyó” parental entraba en conflicto con su “subyó” marital y con su “subyó” afiliativo las cosas se torcieron tirando cada “subyó” en una dirección. Además, entraban en juego, para complicar las cosas, las tendencias paranoides de Kenrick, el subyó vigilante nocturno, pendiente continuamente de que no les robaran o atacaran.

La enseñanza práctica, la moraleja, que podemos sacar de esta propuesta de Kenrick es que nos vayamos de vacaciones con uno solo de nuestros “subyos” cada vez, si no queremos que nos pase lo mismo que a ellos. Se me ocurre también que pensar en “subyós” nos puede ayudar a comprender el problema más grande de las parejas, la convivencia, ese hecho sabido de que cuando somos novios todo va de maravilla hasta que te casas, tienes hijos, una hipoteca y demás. La explicación sería que de novios solo se activa un subyó, el soltero marchoso, pero luego en la vida matrimonial aparece el emprendedor preocupado por el trabajo y la administración del dinero, el parental vigilando las notas y la conducta de los hijos, etc., y todo se complica. Es muy difícil después de haber tratado de las malas notas de un hijo, o de que no hay dinero para irse de vacaciones, cambiar de “subyó” y ponerse en plan romántico y cariñoso. De ahí el éxito de los hotelitos con encanto, esos hotelitos para un tipo especializado de subyó, el de novios románticos, y que deja fuera a todos los otros yos que no interesan.

@pitiklinov en Twitter

Referencia:

3 comentarios:

Ana di Zacco dijo...

Me ha gustado mucho. Al final de Siddharta (H. Hesse) habla de esos múltiples yos, una escena memorable ante un río. Somos uno y muchos, potencialidades, poliedros con muchas aristas, averages y heterodoxos a la vez. Todo depende de cómo te da la luz y desde qué ángulo, y con quién, y dónde y en qué instante. Genial este post, muchas gracias!

Ashy dijo...

Excelente, realmente... me hizo replantearme exactamente lo que también ocurre en mi vida cotidiana, como salir con amigos y las distintas afinidades que tengo con ellos... ahora ya capté el por qué de algunas ocasiones "tensas" vividas con ellos jajaja :D

Un saludo y muchas gracias, muy buen post!

Félix Maochof dijo...


Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y él le dijo*: Me llamo Legión, porque somos muchos. Marcos 5:9