domingo, 27 de diciembre de 2015

Conflictos de intereses ideológicos en Psiquiatría y Psicología

Ya hemos tratado en parte este tema en el blog cuando hablamos de que la Big Pharma no es la única que tiene interés económicos pero voy a volver sobre ello para comentar un editorial un poco antiguo del British Journal of Psychiatry  que pone el dedo en la llaga de este asunto de los conflictos de intereses no-económicos, que - a diferencia de los conflictos de intereses económicos- suele pasar desapercibido. El Editorial se refiere a la Psiquiatría y la Psicología pero creo que el problema de la influencia de la ideología en la práctica clínica y en la investigación es aplicable a la Medicina y a la Ciencia en general.

Los conflictos de intereses ocurren cuando los doctores y profesionales se ven influidos indebidamente por intereses secundarios (un incentivo personal, por ejemplo) cuando actúan en base a los intereses primarios propios de su profesión. Los intereses primarios son el bienestar de los pacientes (si hablamos de un clínico), el avance de la ciencia (si es un investigador) y la educación de estudiantes, residentes y colegas (si es académico o profesor). Los intereses secundarios pueden incluir: incentivos personales para el individuo o su institución, reconocimiento personal, avance en su carrera, fama por aparición en los medios, realizar favores a amigos o familiares, etc. Entre estos intereses secundarios hay dos de los que vamos a hablar más adelante de forma especial: el compromiso con -o la pertenencia  a-  una escuela de pensamiento y la militancia política.

Los conflictos de intereses económicos en los que está implicada la industria farmacéutica son conocidos y aparecen en todo tipo de medios pero no así otros conflictos económicos. Como ejemplo podríamos citar los que tiene una agencia pública que tenga interés en que se utilicen los medicamentos más baratos. Los profesionales que realicen las revisiones de diversos medicamentos para ver su utilidad real pueden verse contaminados por estos intereses de la agencia pública que les financia porque publicar unos resultados favorables a los intereses de la agencia pública puede suponer una mayor probabilidad de recibir fondos en el futuro. 

También se puede dar el caso de hospitales u otras instituciones que presionen a sus médicos para ser más productivos o para utilizar los medicamentos más baratos y si estas actuaciones implican un incentivo económico podríamos tener también un conflicto porque tal vez ello no deriva en el mejor beneficio de los pacientes.

Pero no es de los conflictos económicos de lo que vamos a hablar en esta entrada, sino de los ideológicos, así que vamos a hablar ya del sesgo de afiliación, es decir, del problema que representa la afiliación o la pertenencia a una escuela de pensamiento, algo que ocurre especialmente en el campo de las psicoterapias. Estamos hablando de un problema grave porque en un estudio que comparaba tres psicoterapias se encontró que el 69% del tamaño del efecto se debía a este sesgo de afiliación. Es muy interesante también que algunos de los mecanismos por los que opera este sesgo de afiliación son similares a los que se producen en los estudios financiados por empresas farmacéuticas: selección como tratamiento comparativo de la psicoterapia preferida del autor de un procedimiento poco eficaz, utilizar mal el tratamiento comparativo, centrarse en los datos que favorecen al tratamiento preferido, y no publicar los resultados negativos sino sólo los que nos vienen bien (sesgo de publicación).

En el campo de la esquizofrenia se ha propuesto que este sesgo de afiliación ocurre en contra de intervenciones de apoyo y psicoanalíticas y a favor de las intervenciones cognitivo-conductuales. También recuerda el editorial que las psicoterapias son susceptibles a los conflictos económicos ya que publicar resultados negativos acerca de una psicoterapia determinada pone en peligro la supervivencia de los profesionales y escuelas o institutos que la practican y enseñan.

El otro conflicto que trata el editorial es la posible colisión entre el compromiso político del profesional y los intereses del paciente. El editorialista, Mario Maj,  comenta que en su país un ministro de educación dijo que el psiquiatra debería ser un activista político pero en su opinión algunos credos políticos están en contra del uso de medicamentos y la hospitalización psiquiátrica hasta el punto del fanatismo, con posturas extremas como que no se necesitan camas en Psiquiatría.

Según Maj, todo el mundo es libre de mantener las posturas extremas que quiera pero si un psiquiatra se negara a administrar antidepresivos o a ingresar a un paciente depresivo grave y éste se suicidara evidentemente se trataría de un conflicto de intereses entre el compromiso político del profesional y los intereses del paciente. También nos podemos encontrar el caso de líderes de opinión con un fuerte compromiso político que influyen en el diseño de políticas de salud mental cuando actúan como consejeros de gobiernos, como miembros del consejo de redacción de revistas científicas, o como peer reviews. En todos estos lugares pueden rechazar estudios o perjudicar a colegas que no son de su credo político y favorecer a los amigos que piensan como él.

El editorialista no aborda el problema de las posibles soluciones a estos conflictos de intereses ideológicos sino que se conforma con que vayamos siendo conscientes de su existencia, lo cual es un primer paso. Porque no es raro descubrir que gente que vocifera mucho denunciando un tipo de conflicto de interés (el económico) es especialmente susceptible al otro (el ideológico). Cuidado con el dinero, pero ¡cuidado también con las creencias!.

@pitiklinov

Referencia:





5 comentarios:

Sipe dijo...

Considero muy importante el conflicto de intereses ideológicos y la influencia que tiene en las psicoterapias.
Posiblemente se carece de formación científica (reconociendo,incluso,las limitaciones que puede tener el conocimiento científico, pero cuestionando e incluso rechazando las que no se basan en nada científico).
Personalmente lo que me preocupa es la gente que formada en psiquiatría y psicología y en muchas otras profesiones, se deja llevar por un "pensamiento mágico",y al parecer, sin ser del todo conscientes,y haciendo doctrina y propaganda de ellos.
Posiblemente a las ideologías políticas y religiosas, entre otras, no les interesa que evolucionemos en los intereses ideológicos.
Mi pregunta seria si no crees que estamos muy influenciados por el pensamiento mágico. Esto no lo considero grave si se utiliza,por ejemplo en comprar un número de lotería,pero si que lo considera de cierta gravedad cuando se utiliza en educación o en terapias.

CCA dijo...

Awesome entry! Desde Kingston, ON. Me había olvidado de la editorial de Maj en el British. La entrada anterior, acerca de Joiner, también me pareció excelente...

Pitiklinov dijo...

Un par de enlaces sobre este asunto del sesgo de afiliación:
http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0272735813000275
http://criticalscience.com/researcher-allegiance-psychotherapy-research-bias.html

Pitiklinov dijo...

Sipe,
creo que el pensamiento mágico es uno más de los múltiples sesgos a los que todos estamos expuestos por el diseño de la mente humana.
Como decía Richard Feynman: «El primer principio es que uno no se debe engañar a sí mismo y uno es la persona más fácil de engañar».

Unknown dijo...

la realidad es que psiquiatras y psicólogos no se llevan bien; los psiquiatras miran en menos a los psicólogos y los psicólogos desacreditan a los psiquiatras porque rechazan la postura de que todo trastorno mental es en realidad un trastorno cerebral. Esta pugna perjudica a los pacientes porque produce información confusa y muchas veces brutalmente contradictoria; por ejemplo, para muchos psicólogos la fobia social es una cuestión psicológica que se cura con terapia cognitivo conductual y para los psiquiatras es una condición crónica de origen neurobiológico. Me parece que la psicología se aleja cada vez más de la ciencia científica al punto de bordear en problemas éticos; los avances en neurociencias no pueden ser negados, las imágenes de resonancia magnética que dan cuenta de los factores biológicos de la fobia social no pueden ser negados. La pugna histórica entre psicólogos y psiquiatras va en directo perjuicio de los pacientes mentales.
https://www.youtube.com/channel/UC_GLImzm0Z0uryyJO5ZlX-w