sábado, 30 de diciembre de 2017

El Poder del Cotilleo

Los que seguís el blog ya sabéis que todo lo relacionado con la moral es uno de los hilos conductores del mismo. Hemos hablado en bastantes entradas recientes del gran boom moral , la “espiral” o “carrera de armas” moral que estamos viviendo. Decíamos en esta entrada sobre las nuevas religiones que a pesar de que se pensaba que cuando Dios despareciera nos íbamos a convertir todos en unos depravados morales parece que está ocurriendo precisamente lo contrario: aunque Dios ha muerto cada vez hay más “religiones” y los estándares morales no dejan de elevarse. Decíamos también en esta entrada que la indignación moral está a flor de piel en Internet y analizábamos cómo ha cambiado su expresión con las redes sociales. Ahora bien, la pregunta del millón es: ¿por qué está ocurriendo todo esto? Evidentemente, como todo en la vida, es inútil buscar una causa única porque todo es complejo y multicausal y en este caso tendríamos que hablar de factores culturales, sociales, políticos y hasta filosóficos. Pero yo quería hablar de un factor que creo que tenemos que meter en esa coctelera causal: el gran poder del cotilleo.

Hace unas entradas hablábamos del cotilleo desde el punto de vista evolucionista y decíamos que a pesar de su universalidad, a pesar de que nuestro apetito por la información social es enorme e insaciable y de la gran presencia que tiene en nuestras vidas ha sido muy poco estudiado por la Psicología y se ha considerado, erróneamente, un tema banal. Para recordar, manejábamos esta definición del cotilleo: el intercambio de información personal (positiva o negativa pero principalmente negativa), en un ambiente agradable, de una forma evaluadora (positiva o negativa, pero principalmente negativa) acerca de terceras personas ausentes.

Decíamos también que el cotilleo cumple varias funciones sociales pero quiero traer aquí la que para algunos es la más importante, su función moral. El cotilleo, además de para otras cosas, sirve reforzar el control social, las normas sociales y la cohesión, amistad y solidaridad del grupo. El cotilleo reduce la libertad individual e intenta conformar al individuo con las normas del grupo, marca los límites que no hay que cruzar. Por supuesto, la conformidad es esencial para la supervivencia del grupo, un grupo desunido en el que cada uno vaya por su lado no sobreviviría. El cotilleo sirve para que el pecador se corrija o para que todos aprendamos cómo comportarnos. Cuando oímos o vemos criticar a alguien por algo que ha hecho o ha dicho deducimos que también nos criticarían a nosotros si hiciéramos lo mismo, con lo que se promueve el conformismo. Las sociedades primitivas no tenían leyes escritas, pero desde luego que tenían leyes. Y una de las formas de promulgarlas y de mantenerlas en vigor ha sido el cotilleo y lo que vemos actualmente es que esto sigue ocurriendo de una forma my parecida a como se hacía hace 40.000 años cuando vivíamos en tribus. Lo que ha cambiado es la tecnología.

El boom moral actual creo que tiene mucho que ver con la aparición de las redes sociales que han potenciado el poder del cotilleo. Con la radio y la televisión por supuesto que había cotilleo pero era más un cotilleo vicario (by proxy, que dicen los anglosajones) en el que los periodistas se reunían y despellejaban (y despellejan que esto sigue existiendo) a las celebrities o famosos de la tribu y los demás participaban indirectamente de ello. Es verdad que la televisión acercó a personas que no tienen nada que ver con nosotros y los metió en el salón de nuestra casa de manera que sus vidas llegaron a importarnos como si fueran miembros de nuestro grupo. Pero Internet le ha dado una vuelta de tuerca más a este fenómeno y nos ha hecho a todos más miembros de la misma tribu, de la aldea global, aunque sea un tópico. Ahora nos encontramos con un fenómeno nuevo que es el cotilleo punto a punto o persona a persona a escala global. Ahora Ada Colau puede criticar directamente a Perez Reverte o cualquiera de nosotros puede afearle la conducta a cualquier político, estrella o a cualquier ciudadano particular…nos podemos criticar unos a otros y transmitir y contar los errores y maldades de otros a nuestros amigos de forma inmediata. Se acabó el anonimato de las grandes ciudades, vayas donde vayas las críticas te alcanzan. Lo que Internet ha hecho, a mi modo de ver, es multiplicar el poder del cotilleo y esto está produciendo el mismo ambiente asfixiante moral que se vivía antes en los pueblos donde todos se conocían.

Como ejemplo, podemos mirar a la famosa campaña MeToo de denuncias de acoso, uno de los fenómeno del año que ya acaba. Aunque algunos de estos casos están en los tribunales y en su día tendremos sentencia, la campaña ha consistido principalmente en que las mujeres hablen y compartan su caso, la conducta reprobable de la que fueron objeto. Este cotilleo (en el sentido serio, no banal del término) está redefiniendo las relaciones entre hombres y mujeres. Más adelante vendrán cambios de leyes y otras medidas pero lo que ha producido el impacto ha sido el hecho de compartir una información personal de terceras personas sólo que no en una mesa de cafetería sino en las redes sociales. Creo que es una ilustración del gran poder del cotilleo.

Pero hay que hablar también del lado oscuro del cotilleo, de su poder letal. El cotilleo no es ninguna broma porque destruye reputaciones. Una reputación es algo que cuesta mucho conseguir y mantener y, a la vez, es muy frágil…tan frágil que el cotilleo lo puede destruir de un plumazo. Y con la destrucción de la reputación de una persona viene su muerte social y tras la muerte social muchas veces la física. Todo tenemos una necesidad de pertenencia y de aprobación social y la exclusión y expulsión del grupo puede tener consecuencias demoledoras para la persona. Hemos asistido ya al suicidio de varias personas tras episodios de linchamiento moral en las redes. La última de la que tengo noticia es la de la actriz porno August Ames que se ahorcó tras una campaña de críticas contra ella en las redes donde se la acusó de homófoba por negarse a rodar con un actor que también hacia películas porno homosexuales. Otro ejemplo anterior es el de la cazadora Melania Capitan, tras recibir también insultos y amenazas. Hay que ser cautos y no podemos establecer una relación causal entre el acoso moral en las redes y el suicidio sin conocer la vida y las circunstancias de estas personas, que podían padecer depresión o tener otro tipo de problemas personales. Pero desde luego que un acoso como el que sufrieron es de tal gravedad que puede ser un factor más que ayude a desencadenar un resultado trágico si ocurre a la vez que unas circunstancias personales adversas.

Pero por debajo de todo esto creo que la diferente expresión del cotilleo según las épocas y tecnologías apoya el punto de vista de que existe una naturaleza humana. A los seres humanos de toda época y lugar les interesa la información social: saber quién se acuesta con quién, quién está enamorado de quién, quién es amigo o enemigo de quién, etc. Esta información es básica para navegar el mundo social y los que no se preocuparon de obtenerla estuvieron en inferioridad de condiciones y dejaron menos descendencia, por lo que somos hijos de cotillas. Hace 40.000 años se cotilleaba en la tribu junto al fuego o a la orilla del río. En otras épocas en la plaza del pueblo, en el patio de la comunicad de vecinos o en el parque. Y ahora en las redes sociales por lo que es evidente que hay matices y diferencias según las épocas y lugares. Pero seguimos sin poder sustraernos al poder del cotilleo.

@pitiklinov





8 comentarios:

Unknown dijo...

sobretodo, no es el cotilleo, es la gente
que cree determinadas cosas que no sabe ni puede saber
-
sirve para informarnos
para bajar del pedestal a cualquiera
sirve para aprender a no tomar demasiado en serio el que diran
pero avecs tbn para hundir la vida d una persona si es mentira
total
el problema es que hay gente que miente
o no comprueba lo que dice o lo da por hecho

Iván Rodrigo García Palacios dijo...

El cotilleo, como mecanismo favorecedor de la supervivencia y reproducción biológica, es una cosa que, además de servir para el control social, es también un mecanismo de poder político con el que se manipula la acción y participación política, mucho más notorio en la actualidad que es posible observar, supervisar y medir las actividades de las personas y las instituciones en internet, tal y como sucedió con la manipulación de las elecciones en los Estados Unidos por parte del presidente ruso Vladimir Putin, en un caso de implicaciones clandestinas que está siendo juzgado por la justicia estadounidense. Será todo un caso de investigación que cambiará muchas cosas en la política y en la ciencia.
A propósito, la manipulación política y económica de la información y del poder que ella confiere, es muy antigua, tanto como esos 40.000 años o quizás más. Y con las mismas consecuencias favorables o trágicas que ahora se viven en tamaño “globalizado”, pero es que el mundo al fin se convirtió en “la aldea” de McLuhan.
Mejor dicho, el asunto del poder del cotilleo está en la raíz del ser humanos.
Las entradas del blog me encantan.
Que los tiempos que vienen también nos sirvan para realizar cosas mejores.

Emilio dijo...

Si ya tenía confusión con qué pudiera ser cotilleo tal como lo cuentas, con esta entrada la confusión es mayúscula. Que pueda englobar la campaña “me too”contra el acoso sexual, polémicas como las mantenidas entre Ada Colau y Pérez Reverte o los episodios que han llevado al suicidio a esas dos mujeres que citas, me parece que más que clarificar lo que hace es oscurecer lo que pueda significar, por mucho que todas esas actividades tengan que ver con comportamientos humanos que se pueden rastrear a lo largo del tiempo y la historia.

A mi modo de entender la polémica entre Colau y Reverte tiene que ver con la lucha política e ideológica y la única novedad es que ahora esa confrontación se produce en las redes sociales y la podemos seguir millones de personas, como tantas otras cosas que suceden en las redes sociales. Yo jamás diría de eso que se trata de cotilleo o que pueda considerarse como el mismo fenómeno de cotilleo que la campaña “me too”, o el acoso personal en las redes con resultado de llevar al suicidio a las personas. Para mí lo único que unifica esas tres cosas es justamente que se propagan a través de las redes sociales, el instrumento más poderoso que tenemos los humanos para comunicarnos en el momento presente.

Tampoco creo que sea cotilleo lo que tú haces con tu blog o lo que hacemos quienes nos atrevemos a opinar aquí por mucho que esté relacionado con el deseo de conocer otras personas (aunque sea en un plano virtual) y otras opiniones y suponga crítica social e ideológica unido al deseo de contribuir a la conformación de lo que se llama opinión pública. Dudo también que en nuestra época los criterios de exigencia ética sean superiores, sí, sin embargo creo que son diferentes, y en lo que sin duda estoy de acuerdo es de que en nuestra sociedad la censura y el control sobre las personas está creciendo de forma muy notable.

No entiendo como algo que la RAE define como:
1. intr. coloq. Hablar de manera indiscreta o maliciosa sobre una persona o sus asuntos.
2. intr. coloq. Esp. Husmear, fisgar, curiosear. Reconoció que había cotilleado en mis bolsillos. U. t. c. tr. Cotillearon lo que tenía en el bolso.
3. tr. coloq. Esp. Contar algo con indiscreción o malicia. Me cotilleó que habían perdido todo el dinero.

Y que a mi entender tiene una connotación claramente negativa se pretenda que abarca un campo mucho más extenso que aquel que le es propio.

Pitiklinov dijo...

Desde mi punto de vista creo que eres tú el que se está quedando con una definición muy restringida de cotilleo más que yo con una muy amplia. Yo estoy usando el concepto de cotilleo como se usa en Psicología, sobre todo en Psicología Evolucionista, pero incluso la definición de la RAE que das creo que apoya mi planteamiento.

Cotilleo es la transmisión de información social entendiendo por esto las interacciones entre personas de nuestra tribu/grupo que no podemos observar. En la tribu pasan muchas cosas entre las personas y yo no las puedo ver. Pero es esencial para mí saber quién sale con quién, quién se acuesta con quién, quién ha roto con quién, quién es amigo de quién, etc. ¿Para qué? Pues para proponerle salir a una chica, para formar coaliciones con fulano en contra de mengano, etc. Toda esta información circula en la tribu por medio del cotilleo.

En cuanto a los ejemplos que he puesto creo que no me entiendes del todo. Yo no he dicho que la campaña MeToo “sea” cotilleo sino que el mecanismo que ha empleado ha sido el cotilleo. El mecanismo no ha sido. “Sal y denuncia en el juzgado” sino “sal y cuéntalo”. Y entonces han salido y han contado: “pues me invitó a la habitación y entonces me puso la mano en la pierna o se bajó los pantalones y se masturbó o lo que sea”. Lo mismo que igual le había contado a una amiga en una cafetería lo ha contado en las redes. Y eso ha destruido reputaciones y por ejemplo a Kevin Spacey le han echado de una película, etc. Y no ha habido participación institucional, quiero decir que no hay sentencia judicial. El mecanismos de todo eso ha sido el cotilleo. El mismo mecanismo por el que se ha criticado moralmente a la gente a lo largo de la historia y por el que ciertos hombres y mujeres se tuvieron que ir de su pueblo a lo mejor cuando se contaron cosas negativas sobre ellos en otros tiempos.

Lo de Colau y Reverte era solo un ejemplo para ilustrar lo de la interacción punto a punto. Cuando sólo existía la TV, un periodista podría haber criticado a unos o a otros . Pero yo ahora le puedo poner un tuit a Reverte o a Colau. Y me lo pueden poner a mí y atacarme en Twitter, como también me ha pasado. Esto antes no era posible. Pero date cuenta que la discusión entre la Colau y Reverte no es política, sino moral. La Colau le afea su conducta, le dice: “Pérez-Reverte debería pedir disculpas a las víctimas de bullying”. Esto es muy interesante porque si te fijas en la mayoría de la información política o incluso deportiva, muchas veces, yo diría que la mayoría, es cotilleo político o cotilleo deportivo más que información realmente política y deportiva. Es decir, la información va más de cosas personales o morales que estrictamente políticas. No quiero cargar las tintas en esto, es solo una observación paralela, pero precisamente hablando de la Colau nos ha contado que tuvo una novia italiana, o que la acosaron, etc. Quiero decir que muchas veces la información política no consiste en sesudas discusiones estrictamente políticas sobre las diferencias entre el liberalismo y la socialdemocracia o el tamaño que debe tener el estado, sino de cosas más personales. Lo mismo en el deporte. Yo diría que es mucho mayor la información sobre cuestiones personales de Ronaldo o Messi que la estrictamente técnica sobre si el Madrid usó un 4-4-2 y debería haber metido un centrocampista menos o más.

¿Por qué? porque para nosotros como humanos es más importante la catadura moral de una persona que sus ideas es decir, nos interesa más si un ministro paga la seguridad social a su empleada doméstica, o si le han pillado contratando prostitución gay que sus ideas económicas para salir de la crisis.

Y lo del acoso que puede haber ayudado a desencadenar suicidios es para mí evidente que es cotilleo. A esa chica la han llamado homófoba y otras cosas como la podían haber llamado puta en un pueblo por llevar la falda muy corta hace décadas (por poner un ejemplo) y no hay que subestimar el daño que hace eso cuando ahora lo hacen millones de personas.

Edita Olaizola dijo...

Muy buena la reflexión, estoy de acuerdo en que las redes crean un nuevo y poderoso escenario para que el cotillero tenga un papel central en las relaciones interpersonales.
Desde el punto de vista de una empresa también tiene su importancia, puedes leer si te interesara "De rumores y rinocerontes" http://editaolaizola.blogspot.com.es/2013/05/de-rumores-y-rinocerontes.html

Pitiklinov dijo...

Muchas gracias, tomo nota del libro

Unknown dijo...

Un tema importante y olvidado por la psicologia y la neurociencia. Me ha gustado mucho que lo unas con la moral y que le estes dando peso en el blog.¡Casi nadie habla y cotillea del cotilleo en el circulo ciientifico, lo cual es paradojico! :)

Sospecho cada vez mas que el cotilleo es una forma evolucionada de grooming que lleva las funciones de la oxitocina al lenguaje. Me refiero a que tanto el cotilleo como la oxitocina favorecen el vinculo y el sentido de pertenencia al grupo (aunque ese grupo pueda ser dinamico y no rigido) bajo unas determinadas reglas y la union frente a otros grupos. El Nosotros y Ellos del que has escrito ya en el blog. Al igual que el cotilleo, la oxitocina tiene los riesgos que reflejas en este articulo. ¿Que te parece esta hipotesis? La idea de que el cotilleo pueda ser en parte una respuesta racional ante unas emociones promovidas por la oxitocina?

Si esto fuera asi, ¿solo podemos cotillear los mamiferos? (Por ser los unicos que tenemos oxitocina). ¿Grupos de reptiles inteligentes y desarrollados podrian llegar a cotillear? ¿Hasta que punto es indispensable el cotilleo como forma de pegamento grupal y critico para originar la moral?

Pitiklinov dijo...

Pues tu hipótesis va en la línea de los eu dice Dunbar, que el cotilleo es el equivalente en los humanos al despioje o acicalamiento (groominíg) en los primates. El acicalamiento requiere mucho tiempo y sin los grupos crecen no se puede llevar a cabo. El lenguaje cumpliría esa función. Hay datos de que el despioje libera oxitocina y endorfinas y también de que el cotilleo libera oxitocina https://www.lainformacion.com/interes-humano/Hablar-libera-hormona-acercar-amigos_0_991102738.html
así que no vas muy descaminado :)